Ante el creciente rechazo mundial a la barbarie del ente sionista contra el pueblo palestino, genocidio por medio, y frente a la «palestinización del mundo», hace un tiempo que al Imperio Occidental se le ha ocurrido la “solución” de los “dos Estados” para intentar legitimar a toda costa la ocupación de Palestina y el apartheid ejercidos por el ente sionista.
Lo peor de todo es que es un proyecto ‘comprado’ por la dupla chino-rusa (una vez más a remolque de las estrategias del Imperio -y que por cierto, siguen teniendo relaciones políticas y comerciales con el ente sionista-) y sus diferentes articulaciones para un Mundo Emergente (BRICS, OCS, ASEAN…).
Así que hoy el pueblo palestino, que contaba con los miembros del Eje de la Resistencia como únicos defensores de una Palestina libre “desde el río al mar” -un solo Estado sin ocupación sionista-, se queda sin apoyos al nivel mundial, si exceptuamos al bravo pueblo de Yemen, una vez desarticulado ese Eje y golpeado reiteradamente el Estado iraní (que al menos sigue negando el reconocimiento del ente sionista).
Con el “reconocimiento de los dos Estados” en Palestina a partir de las fronteras de 1967, sin cuerpo armado y sin soberanía funcional de Palestina, lo que se está legitimando, pues, es el derecho a la ocupación, al apartheid y a la colonización por parte del ente sionista.
El acuerdo para descartar a Hamás de cualquier gobierno, así como a la Sala de Operaciones Conjuntas de Palestina (donde están las organizaciones armadas que luchan por la defensa y emancipación del pueblo palestino), y la imposición de la “Autoridad Palestina” es parte de todo ello.
La dicha “Autoridad” es un ente cipayo que hoy apenas recibiría los votos de sus integrantes. Si el pueblo palestino pudiera pronunciarse libremente lo más probable es que la juzgaría al completo. Y a nadie le cabe duda de que Hamás volvería a arrasar en Gaza y a ganar en Cisjordania. Por eso quieren impedir que pueda representar al pueblo que le apoya.
El reconocimiento del Estado de Palestina, según las fronteras de 1967 y con Jerusalén Este como capital, tomando como delimitación las resoluciones de los Consejos de Seguridad de la ONU, lleva a un Estado absolutamente inviable (véase más abajo mapa de sucesión histórica de la ocupación), en el mejor de los casos sometido al despotismo sionista. El cual, de paso, viene insistiendo en que jamás permitirá ese Estado.
Así que resulta difícil de comprender cómo se pueden apoyar los “dos Estados” y al tiempo estar armando, financiando, alimentando y, en general, favoreciendo al ente sionista de ocupación, que no tiene la menor intención de renunciar a ocupar todo el territorio y a expulsar o asesinar al pueblo palestino (una vez erradico el pueblo palestino, ya no habría más “apartheid”, ni “ocupación”, y pronto el mundo se olvidaría de que allí existió alguna vez un pueblo distinto a la sociedad de colonos paramilitares sionistas).
Pero hagamos un poco de historia para poder interpretar mejor estas palabras.
A lo largo de los últimos cien años, el ente sionista ha ido ganando territorio hacia la Palestina histórica, que ocupaba el 100% del territorio. Cuando el imperio Otomano cayó después de la Primera Guerra Mundial, la partición de 1922 dejó los territorios de Palestina (Israel, Gaza y Cisjordania) bajo la administración del Reino Unido, con el estatus de territorio bajo mandato. Posteriormente, Gran Bretaña separó la parte oriental del territorio, dividiendo Palestina del Emirato de Transjordania.
En el año 1947, después de la Segunda Guerra Mundial, la ONU propuso poner fin al mandato británico y dividir Palestina en dos Estados independientes, uno hebreo y otro árabe, mediante la resolución 181 (II), y también propuso que la ciudad de Jerusalén se mantuviera bajo un régimen internacional.
Como todo el mundo sabe, de esa resolución sólo se cumplió la formación del Estado hebreo (que ejerció previamente todo el terrorismo posible para asentar a los suyos), sin que a nadie haya parecido importarle gran cosa hasta hoy, a pesar del exterminio sistemático del pueblo palestino, su opresión, encarcelamiento, tortura y salvajismo ejercido contra él en todas sus formas imaginables y otras difíciles de imaginar, a lo largo de las más de 7 décadas transcurridas desde entonces. Hasta tal punto que muchos relatos de lo que ocurre en Palestina continúan intentando trasmitir la idea de que el actual estado de cosas comenzó un extraño día de octubre de 2023.
Pero sigamos, en 1948, estalló la guerra árabe-israelí, que duró de mayo a noviembre de 1949, cuando el ente sionista apoyado por el Imperio Occidental consiguió el 23% del territorio asignado al Estado árabe. De esta manera, ocupó el 77% del territorio palestino, incluido el oeste de Jerusalén Este, quedando el resto bajo el control de Jordania y Egipto. La guerra provocó la expulsión o la huida de más de la mitad de la población árabe palestina del territorio del nuevo Estado, según la ONU.
La guerra de los Seis Días volvió a cambiar esas fronteras cuando el ente sionista, armado hasta los dientes por EE.UU. y el Imperio Occidental, derrotó militarmente a una coalición de países árabes de la región y se anexionó los Altos del Golán de Siria, y la península del Sinaí, de Egipto, además de todo el territorio palestino que había quedado fuera de su control en el armisticio de 1949. Es decir, la Franja cisjordana, incluido Jerusalén Este, la península del Sinaí, el canal de Suez y los Altos del Golán.
Desde entonces, a lo que se ha dedicado el ente sionista es a descuartizar lo que queda de territorio habitado por el pueblo palestino (como bien indica el mapa aquí adjuntado), de manera que resulte inviable no sólo cualquier estatalidad sino incluso la mera posibilidad de habitarlo como población. Muros, vallas de control, dispositivos de vigilancia, redadas, “check-points”, arrestos permanentes, tortura, impedimento de movilidad libre, hostigamiento, estrangulamiento de recursos y un largo etcétera, es el pan nuestro de cada día de la población palestina que queda en esos territorios, desde mucho antes del 7 de octubre de 2023.
Para terminar por hoy con el repaso histórico
Recordemos que en 1988 la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), representante oficial del pueblo palestino, declaró formalmente la creación del Estado de Palestina.
En la práctica, los palestinos tienen un autogobierno limitado a través de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) en partes de Cisjordania ocupada por Israel.
La ANP perdió el control de la Franja de Gaza a manos de Hamás en 2007. Actualmente, 147 de los 193 Estados miembros de las Naciones Unidas reconocen el Estado de Palestina
En la Asamblea General de las Naciones Unidas, Palestina participa como Estado observador sin ser miembro desde noviembre de 2012.
La Asamblea General de las Naciones Unidas terminó concediendo a Palestina derechos adicionales, incluyendo un lugar junto a los Estados miembros, el derecho a presentar propuestas y participar en los comités, aunque sin derecho a voto.
En la reunión de la ONU, EE.UU. hace uso de nuevo de su arbitrariedad más violadora de cualquier norma de derecho internacional y de la propia Carta de la ONU, para negar la asistencia incluso a esa Autoridad Palestina del todo cómplice con los crímenes occidental-sionistas en Palestina.
- Andrés Piqueras es Profesor Senior de la Universidad Jaume I
(Observatorio Crisis)
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