Israel asesinó a Sayyed Hassan Nasrallah (1960-2024) porque se negó a detener los ataques contra el norte de Israel hasta que los israelíes pusieran fin al genocidio contra las y los palestinos. Durante el breve alto el fuego israelí, la organización de Nasralá (Hezbolá) también suspendió sus ataques. Cuando los israelíes reanudaron los combates, también lo hizo Hezbolá.
Nasrallah fue asesinado porque era implacable en su apoyo a Palestina. A diferencia de todos los demás dirigentes árabes, Nasrallah había dirigido la lucha contra Israel en dos ocasiones, lo que condujo a su derrota: la primera, cuando Israel se vio obligado a retirarse de Líbano en 2000, y la segunda, cuando Israel no pudo derrotar a Hezbolá en 2006. El hombre que derrotó a Israel fue finalmente asesinado el 27 de septiembre de 2024, junto con miles de sus compatriotas libaneses.
