El ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno español, José Manuel Albares, ha descartado la ruptura total de las relaciones diplomáticas con el Estado genocida de Israel. En declaraciones a medios en Luxor, Egipto, Albares ha señalado que el foco actual está en «tomar medidas para impedir que Israel continúe con su ofensiva militar en Gaza».
El presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, llegó ha pronunciar (muy tarde, por cierto) la palabra genocidio para calificar lo que está provocando el Estado sionista en Gaza. Se envalentonó para utilizar dicho término empujado por los acontecimientos y movilizaciones durante La Vuelta Ciclista a España. Pero lo que ya no tiene es lo que hay que tener para romper relaciones con el Estado terrorista de Israel; tampoco voluntad para hacerlo.
Lo ha confirmado el ministro de Asuntos Exteriores de su gobierno, José Manuel Albares, que, incluso, no se ha atrevido ni a volver a utilizar la palabra genocidio. Este individuo ha descartado la ruptura total de las relaciones diplomáticas. A lo más que ha llegado el ministro ha sido a decir que el foco actual está en “tomar medidas para impedir que Israel continúe con su ofensiva militar en Gaza”.
Albares ha insistido en que «las iniciativas del Gobierno y la Unión Europea se dirigen a presionar a Israel para que termine el desplazamiento forzoso de población y el bloqueo que impide la entrada de alimentos a la Franja de Gaza”. A la vez, ha llamado a enviar un mensaje claro a Israel: “no esperar una relación normal con la UE mientras continúe la situación actual”.
Nada más que decir: continúan vendiendo humo; el mismo que a la más mínima brisa que sopla se dispersa y desaparece.
