El fondo buitre es BlackStone que, al igual que otros fondos internacionales como KKR, juega su papel en la gestión del patrimonio residencial, a través de la Sareb y sus filiales. Ese fondo ha sido objeto de críticas en el movimiento de vivienda por sus prácticas especulativas, acoso inmobiliario y vínculos con la industria armamentística israelí que se sustenta sobre el genocidio del pueblo palestino.
Pero eso no parece importarle a la Junta de gobierno municipal de A Coruña (Galiza) encabezado por Inés Rey (PSOE) y apoyado por el Bloque Nacionalista Galego (BNG), ya que han aprobado un nuevo convenio urbanístico que promueve la construcción de mil viviendas en las zonas de Parque de Oza y O Castrillón, con Aliseda, participada mayoritariamente por el fondo BlackStone y Banco Santander, como principal propietaria del suelo.
Los detractores del proyecto lo califican de “pelotazo urbanístico”. El proyecto incluye torres de hasta 17 plantas, equipamientos y zonas verdes. Se debe subrayar que solo un centenar y medio de viviendas serán de protección oficial, una cifra que genera preocupación y críticas entre la vecindad.
La amplia presencia del fondo BlackStone y Banco Santander, así como la escasa vivienda protegida y nula vivienda social alimentan un debate sobre la gestión inmobiliaria y la respuesta a la crisis de vivienda en la ciudad.
