Sucedió en el Mercadona de Santa Fe, Granada. Una persona de origen marroquí fue sorprendido “robando” por un vigilante de seguridad que, en realidad, demostró ser un matón en toda regla.
Un salvaje le hubiese aplicado un trato mucho más humano, pero este individuo se ensañó de tal manera que se retrató a sí mismo.
Los medios afines al capital subrayaron subrayaron el «robo»; del trato salvaje del matón no dijeron nada.