Era la tarde del 16 de abril de 1961 en la céntrica esquina de las calles 23 y 12 en el capitalino barrio del Vedado, Fidel Castro hablaba a su pueblo, que, reunido en esa intersección, rendía tributo a las víctimas del cruel bombardeo perpetrado la víspera por aviones norteamericanos. Los ataques dejaron el lamentable saldo de 7 muertos y más de 50 heridos. El Comandante en Jefe señalaba al mundo el rumbo de Cuba, cuando ante la multitud allí reunida proclamó el carácter socialista de la Revolución.
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